De punta en blanco. Real Madrid

Siempre que hay una guerra los daños se evalúan con más exactitud cuando ha acabado la contienda. Eso es lo que ha pasado en el Real Madrid. Tras la tempestad provocada por la venta de Robinho y los intentos frustrados de fichajes de Cazorla y Villa, la consecuencia es la siguiente: hay una guerra abierta entre Bernd Schuster y la directiva.

Pedja Mijatovic no es santo de devoción para Schuster. Nunca lo ha sido. El director deportivo (o como quiera que se llame el cargo que ocupa) va por libre y sólo sigue las consignas del presidente Ramón Calderón, su principal y parece ser que único valedor. Que en uno de los clubes más grandes del mundo el director deportivo y el entrenador vayan cada uno por su lado, suena a chiste. ¿Dónde estaba Mijatovic el día que se cerraba el plazo para los fichajes?¡¡de vacaciones!!

Lo cierto es que Schuster se ha quedado sólo. La directiva y la afición le exigirán títulos con una plantilla idéntica a la del año pasado. La Roma en Champions y el Mallorca en Copa dejaron al desnudo las carencias de un equipo que tiene garra, espiritú competitivo...pero que adolece de eso que en la máxima competición continental marca la diferencia: calidad.

El Manchester, actual campeón, el Chelsea, subcampeón, Liverpool y Barcelona, semifinalistas, todos se han reforzado en mayor o menor medida, pero se puede decir que sus plantillas son superiores a las del curso pasado.

El Madrid no se ha reforzado de manera adecuada y esto puede ser entendido como una estrategia. La directiva puede buscar la salida de Schuster a través de una dimisión ya que el técnico alemán deja en evidencia muchas veces la labor de Calderón y compañía. Pero Bernd no es tonto, no dimitirá. Intentará sacar el máximo provecho a su contrato que para algo lo firmó.

La temporada ha comenzado y serán los resultados, como siempre, los que dictarán sentencia. Pero en el horizonte aparecen nubes que pueden desembocar en una gran tormenta. De momento, el domingo el Numancia visita el Bernabéu cargado de moral tras ganar al Barça. Ojo, el Madrid tiene mucho que perder y poco que ganar...¿el inicio del chaparrón?...tiempo al tiempo.

Publicado el 11 de septiembre de 2008 a las 18:45.

Observo con cierta tristeza las negativas de David Villa y Santi Cazorla a fichar por el Real Madrid. Estos jugadores pueden estar agradecidos al equipo blanco, ya que justo después de salir la noticia de una posible oferta del club de Chamartín, los teléfonos de sus representantes comenzaron a echar humo con ofertas de renovación de Valencia y Villarreal.

A Ramón Calderón se le puede reconocer el hecho de que no intentara fichar a Cazorla por las bravas, es decir, pagando la cláusula de rescisión, pero a nadie se le escapa que casi todos los objetivos que se ha planteado en materia de fichajes por unas causas u otras han terminado en el saco de las promesas imposibles.

Si nos remontamos a la campaña electoral de 2006, recordamos que Ramón Calderón ganó un buen puñado de votos prometiendo los fichajes de Kaká, Cesc y Robben. Los dos primeros siguen en sus respectivos clubes y el tercero acabó llegando a Madrid, eso sí, un año después de lo prometido.

Su siguiente as en la manga era Cristiano Ronaldo. El portugués estaba por la labor y la operación parecía llegar a buen puerto, pero Calderón desconocía el poder que ejerce Sir Alex Ferguson en el United y el extremo de Madeira seguirá, al menos de momento, siendo jugador 'red'.

El último golpe de efecto que se propuso el máximo mandatario blanco era traer a Cazorla y Villa, recientes campeones de Europa con España. Pocas horas después, ambos renovaban con sus equipos y de paso, daban otro golpe a la maltrecha imagen de Ramón Calderón.

Recuerdo con nostalgia aquellos tiempos en los que muchos jugadores (nacionales y extranjeros) afirmaban el día de su presentación que desde pequeños su sueño era jugar en el Real Madrid. Incluso Figo pronunció esa frase que parecía más provocada por su nuevo sueldo que por su 'infancia merengue'. El caso es que ahora sucede lo contrario, los jugadores que suenan como futuribles no proclaman su deseo de jugar en el Bernabéu ni se declaran en rebeldía si sus clubes no acceden a venderlos. El club sigue siendo el mismo, pero creo que su prestigio no.

Quedan atrás los días de Zidane, Ronaldo, Figo...ahora los fichajes, con todos mis respetos, son de segunda fila, salvo alguna excepción. Algo está cambiando señor Calderón, y lo mejor para el madridismo es que encuentre pronto la solución. Para el campeonato doméstico esta plantilla puede valer, pero para recuperar el trono de Europa hay que traer a algún crack y eso, de momento, es su asignatura pendiente.

Publicado el 28 de agosto de 2008 a las 20:45.